martes, 26 de abril de 2011

La visibilidad de las minorías


La respuesta en la redacción fue la habitual en estos casos. Quién no oye, por ejemplo, a algún hombre decir el 8 de marzo ¿Y para cuándo el 'Día del hombre'?
Hoy es el 'Día de la visibilidad lésbica', y como llevo el área de Sanidad, he cubierto la noticia de que desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) reivindican estudios de salud específicos para las lesbianas.

No puedo decir que la respuesta generada en la redacción, al comentar el tema, me sorprendiese. Somos propensos a echarnos a debatir cualquier tema. Es otro rasgo más que indica que somos periodistas. 

"¿Pero hay un día de las lesbianas? Anda... ¿Y cuándo un día para reivindicar mi heterosexualidad?", son los comentarios de mis compañeras.

"Las mujeres existen, y las mujeres lesbianas, también. El Día de la Visibilidad Lésbica conmemora cada 26 de Abril no sólo la salida del armario de las lesbianas sino la inclusión de la realidad lésbica en medios de comunicación, políticas públicas, ámbito educativo, etcétera".

Así empieza el artículo publicado por FELGTB para explicar el por qué del día de hoy. Las mujeres lesbianas reivinidcan con  un video visibilidad. He entrevistado a los integrantes de la asociación 'Y a ti que?'. A la pregunta de si en Ceuta, como asociación del colectivo, iba a organizar algún acto, la respuesta ha sido: 
- "Es que aquí... No vamos a salir dos chicos reivindicando la visibilidad de las lesbianas...".
- "¿Pero no hay lesbianas en Ceuta?", le he preguntado yo. 
- "Sí, pero...", me ha contestado. 

Hoy es el 'Día de la visibilidad lésbica'.
El 8 de marzo es el 'Día de la mujer'. 
Si miras en internet, hay días para casi todo. Pero para casi no es para todo. Los días reivindicativos tienen algo en común: son días que defienden a las minorías.

Como sociedad, como ciudadanos, no reivindicamos lo que ya está normalizado, sino que la lucha consiste en dar voz al que tiende a ser excluido de la sociedad.
Por muchas políticas sociales y de igualdad que esté promoviendo el PSOE, aún quedan muchos pasos por dar, a fin de conseguir que exigir ser visibles no sea necesario.
Si hay un día de la mujer, y no del hombre, es porque como mujeres nos avalan años de machismo y de opresión. 
Días como hoy sirven para que las lesbianas no se olviden de que no están solas. 

Supongo que aún queda mucho en mí de la niña que quiso ser periodista para darle voz no a quienes convocan ruedas de prensa, sino a quienes se sienten invisibles. Aunque demasiadas veces no lo consiga.

lunes, 25 de abril de 2011

Dormir poco

"Dormiría poco, soñaría más, 
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, 
perdemos sesenta segundos de luz..."

Gabriel García Márquez


El tiempo pasa, a ese ritmo donde las mañanas y las noches se besan sin darme cuenta. 
A punto de pasar la barrera de los cuatro meses; yo, que venía para tres... 
Es cierto que adaptarse a Ceuta resulta un poquito más difícil que hacerlo a cualquier otra ciudad, pero hacía muchas ciudades (mucho tiempo) que no me encontraba tan cómoda en un lugar. 

Hay días que no, hay ratos en que el cielo lluvioso se me viene encima y añoro los abrazos y la complicidad. Pero en esta mezcla constante de emociones dispersas que se juntan y que no siempre encajan, ganan las emociones, las buenas emociones. 

Ya no me vale la excusa de estar en periodo de adaptación. Empiezo a hacer de esta casa, mi casa; de este trabajo, mi trabajo. Y le sumo la dosis necesaria de pasión, la esencial para contrarrestar los mismos  miedos de siempre. 

Me sé ya el nombre de muchas calles de esta ciudad, aunque aún apenas he aprendido nada de la mayor parte de sus rincones. Soy capaz de salir un día del diario a las diez, pero predominan los de acabar a las doce. Me he dado cuenta ya, con mirar a sus ojos, de en quiénes puedo confiar, y en quiénes no. 

Tengo más fuentes pero me sigue provocando una ansiedad horrible la reunión de contenido. 
En los días en que olvido por qué amo el periodismo, por qué soy periodista, sé quiénes tienen "palabras mágicas" que me lo recuerden. A pesar de todos los puntos negros, de las pesadillas, de las añoranzas y de los secretos que aún no es tiempo de revelar, Ceuta me atrapa. 

Durmiendo poco, para soñar mucho.
Aprendiendo con cada uno de los sesenta segundos de luz de los que, cada minuto, disfruto.

Como Chila, cariñosa, aunque ahora, mientras escribo, sea todo mordiscos y arañazos. Ser arisca es sólo una apariencia. De la gata hablo.

miércoles, 6 de abril de 2011

Noches en las que el periodismo te quita el sueño

Tres de la mañana, muerta de sueño, y no puedo dormir dándole vueltas a la información de hoy (de mañana). Pensé que estaría contenta, esa sensación incomparable que te empapa cuando haces un artículo o un reportaje del que te sientes orgullosa, ya sea porque es una buena información, porque es un 'bombón' periodístico, porque te la has currado, porque sabes que ayudará a que alguien se sienta mejor o a poner tu granito de arena para acabar con una injusticia, porque te has divertido haciéndola, o por mil y un motivo más... Una sensación de placer y satisfacción que aunque se descompense un poco con el prurismo de 'siempre se podría haber hecho algo mejor', te emociona, te da fuerzas y te hace merecer todas las horas pasadas, todo el esfuerzo que no fue en vano.
  
Pero tras el trabajo de hoy no queda nada de eso, al contrario, me duele la barriga y le doy vueltas a la información. Sé que he trabajado éticamente durante el proceso, que he consultado todas las fuentes que he podido, aunque nadie de su nombre. Todo el mundo habla y todo el mundo dice después "esta conversación no se ha producido"
Reconozco que a veces me flipo cuando me dicen frases como esa, porque yo, que soy una peliculera, me siento más periodista, más "investigadora" y menos "copiadora" de notas de prensa cuando me dan una información y me dicen: "Pero yo no he hablado contigo".
Pero después llega la maqueta, montar una información sin citar una sola fuente con nombre y apellidos, aunque haya muchas anónimas. Romper todas las reglas de escritura por mucho que las morales y éticas se cumplan. No sé, me resulta contradictorio. 

No me dan miedos las presiones, lo que puedan pensar los "afectados" por la información, no me asustan los poderosos; pero, sin embargo, me preocupa que se crispen las cosas sin solución alguna, que se genere maldad porque sí. Parece absurdo pero, y si en lugar de que una "crítica sanitaria" sirva para mejorar el mundo, la salud y la sociedad, para crear conciencia y aumentar la sensibilidad, sirva únicamente para alterar a los pacientes, para darles un exceso de información y generarles ansiedad. ¿Cuáles son las verdaderas consecuencias de cada cosa que escribimos?

Me asusta dejarme arrastrar por intereses ajenos a mí, equivocarme y cometer errores que me hagan dudar de mí misma, me da miedo traicionarme y sobre todo me aterra sentirme confusa, no estar a la altura de asumir las responsabilidad que exige ser periodista.

Supongo que sí, que le doy demasiadas vueltas a la cabeza, pero no me engañan las sensaciones y siento que algo se me escapa en una jornada confusa como la de hoy. 
No puedo ejercer esta profesión con pasividad y armonía, es como una pelota de fuego que a veces me quema en las manos sin saber qué tengo qué hacer o en quién confiar. Un oficio que me da la vida, pero me quita el sueño. 

lunes, 4 de abril de 2011

4 de abril


Una fecha, 4 de abril, señalada, desde hace tres meses, con un círculo en rojo en mi calendario, y acompañada de un signo de interrogación que quiero pensar esté ya resuelto...

Apuestas, juegos peligrosos. 

Bolivia, al otro lado del hilo telefónico. 
Llantos y sonrisas de papel, enlazados con fotogramas. 
La noche. La gata. 

Lo que no puede ser, lo que es. Lo que puede ser, lo que no es.
Emociones. 
Abrazos perdidos.
Preguntas que no formulo en voz alta.

Periodismo, con las botas puestas, monte a través, y con teleobjetivo. Explicaciones.
Arropada, y también impulsada para emprender los vuelos.
El periodismo, sí, y las constantes dudas.
Contradictoria, como Chila. 
Palabras que no se pronuncian porque no hay suficiente confianza. 
Un oficio hecho realidad, con demasiados fallos propios. 
Sueños que se adivinan. Pasiones que no se pueden ocultar. 

Muchas ganas. Constancia. Esfuerzo. Lentitud reprochable. Ansiedad. Admiración. Olfato. Curvas de vértigo. Música. Confesiones. 
Vallas donde se quedan las almas enganchadas mientras el cuerpo se deshace. 

No saber aún qué es el periodismo... Quién, cuándo, cómo, dónde, cuánto. ¿Por qué?
No saber aún relativizar.
4 de abril. Continuar...
Crecer. Aprender. Madurar.

domingo, 3 de abril de 2011

Pájaros de papel


Pájarillos al vuelo en un adiós definitivo sobre las vías del tren. Lágrimas con voz de pito. Sueños inalcanzables en la palma de la mano. Un abrazo, en el momento justo.
Una guerra que partió el alma en mil cachitos.

Reír para frenar el llanto. Dar todo cuando no se tiene nada. Injusticias grabadas en noticieros franquistas.
Una paliza por ser. La muerte como arma. La ilusión no ilusa.
El telón, a punto de abrirse. La amistad para acabar con el miedo.
Silencios, miradas y música.
Siempre preferí los cómicos a los militares.