viernes, 26 de marzo de 2010

Todo listo para la IV edición de «La noche de los teatros»

Entre bambalinas ya están los nervios a flor de piel. Madrid se prepara para celebrar el Día Mundial del Teatro

Numerosos espectáculos de teatro, danza y música, promovidos desde la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, reunirán a artistas y público desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche.
Más de 170 actividades para todos los gustos. Un total de 132 espacios entre 78 teatros y salas alternativas, 24 salas de «La Noche en Vivo» y lugares al aire libre.
La jornada teatral comenzará con la lectura de un mensaje por parte del escritor Francisco Nieva. Después, la actriz Concha Velasco leerá un texto de Antonio Gala, y, en representación del Instituto Internacional del Teatro en España, su secretaria general, M. Paz Ballesteros, leerá un texto de Cervantes junto al actor Juan Ribó.

La noche más esperpéntica
Tras esto, cada cual puede elegir su camino. Uno posible es el que propone la comitiva de amantes de Valle Inclán. «La noche de Max estrella» es un recorrido por el Madrid que el creador del esperpento retrató en «Luces de Bohemia». Una iniciativa que, por primera vez, se traslada al Día Mundial del Teatro, en lugar de celebrarse como era habitual el 23 de abril, Día del Libro.
Otra de las actividades de la noche será el concurso de microsolos teatrales que premiará, con una entrada doble para el musical «Chicago», los mejores soliloquios grabados en vídeo para la ocasión.
«El teatro es un juego» animaba a sus actores el director teatral Peter Brook. Esperemos que mañana el tiempo de tregua y las lluvias no nos impidan jugar.

jueves, 25 de marzo de 2010

«Los 40, el musical» deja a los adolescentes bailando en la butaca

Ante las crisis… creativas, existenciales o económicas. Ante la apatía, el aburrimiento, los excesos, el mal humor y la lluvia primaveral que mojaba ayer la tarde de Madrid. Ante todo eso, la música puede ser la mejor terapia. Música y adrenalina para echarle cara a la vida. O, al menos, para compartir unas sonrisas en un día apático.
«Los 40, el musical». Una tarde más, el teatro Rialto Movistar, en plena, y centenaria, Gran Vía, se llenó de un público plagado de adolescentes. Tantos, que el descanso de la función parecía el patio de un colegio.  Adolescentes de cuatro institutos estaban viendo el musical. Pablo Puyol, que saltó a la fama con su papel de Pedro en «Un paso adelante», y Angy, la actriz que encarna a Paula en «Física y química», eran dos de las estrellas más aclamadas.
El musical recordaba los éxitos pop desde los años 90 hasta la actualidad, además de algún tema rescatado del baúl de los recuerdos.
Una puesta en escena sencilla y con muchas risas. Algún que otro sobresalto dramático y, sobre todo, muchas canciones coreadas desde el patio de butacas. La gente lo pasó bien. Nada mejor que una buena dosis de ritmo.
Un locutor de radio que narra las aventuras de sus amigos en un portal de Internet: un hermano seductor y borde, una cuñada llena de dudas, una pareja de hermanos excéntricos con un padre atípico y una virginal pareja de enamorados; todos ellos acompañados de un amplio elenco de bailarines. La trama era sólo la excusa para cantar. Aunque el blanco y el negro de una boda —no apta para devotos— dejó huella. 
Tres horas de un espectáculo que dejó a los asistentes moviendo el culo en el asiento.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Fallas 2010

A las dos de la tarde del viernes, entre la estación Nord de Valencia y la plaza del Ayuntamiento, una marea humana se movía a empujones bajo el ruido de los petardos. Era la última mascletá de las Fallas 2010. Y las fiestas eran ya menos de los valencianos y más de los turistas, principalmente madrileños huídos de la capital en el puente del día del padre.
Los petardos ya no dejaron de escucharse en toda la tarde, desde los que lanzaba un crío de tres años al que la madre le encendía la mecha hasta las matracas de fuego que cruzaban las calles de una a otra acera.
Con este sonido ambiente,  hicimos el recorrido de falla a falla admirando la precisión de muchas de las primeras figuras.
Cervezas gratis y agua de Valencia daban sabor a la imagen de un peinado fallero que algunas no habían podido despeinar desde hacía seis días.
A las 7 de la tarde fue la cabalgata. La oscuridad de la noche era alumbrada por el fuego que lanzaban las figuras, por demonios y zancudos. El color rojo vencía. Aunque las protagonistas eran las falleras, adultas e infantiles, que se paseaban, alegres y cansadas, en su último día de reinado.
La cremá se inició con las fallas menores, las de los niños. Las figuras ardían y las lágrimas de los valencianos ya empezaban a brotar. El momento emblemático de las fiestas llegó pasada la madrugada. Las figuras de cartón piedra ardieron. Desde una posición privilegiada -los ventanales, en una sexta planta, de la redacción de ABC Valencia, situada en plena plaza del Ayuntamiento- vimos quemarse a un fallero, a una fallera y a un montón de periodistas...
Un cartel en una marquesina de autobús rezaba algo así como que los valencianos eran los únicos capaces de quemar un año de trabajo... Sólo amparados por algún ninots indultado.
Secadas las lágrimas de los valencianos, o ahogadas en el alchol, Valencia, entre cenizas, siguió de fiesta...

Mira aquí las fotos de estas Fallas. 

jueves, 18 de marzo de 2010

Sonrisas

Acabó el día y el maleficio. Lo empecé a regañadientes y lo termino con sonrisas y amigos. Porque en las balanzas hay que autoimponerse que lo bueno pese más. 
Gente que te recuerde que las palabras claras son mejor que la literatura mala. Llamadas que te den sorpresas y te propongan aventuras. Vida compartida y no memoria equivocada.
Madrugones y periodismo. 
El día temido, la resaca de la raya de ojos impuesta para ser quien no se es, se evapora. Le sustituyen una nota ansiada, un viaje regalado, un abrazo oculto, un charco inoportuno, una mirada fija, un punto sobre la i. 
Porque irse a dormir con sonrisas es mucho mejor que irse a dormir con lágrimas. 

miércoles, 17 de marzo de 2010

17 de marzo

Porque hay dolores que duelen aunque pase el tiempo.
Como el de la indiferencia,
como el del olvido,
como el del desprecio,
como el que marcan las notas musicales.

Porque desde niña siempre temo el día de hoy; porque de pequeña, a pesar de las ansias, de la comida familiar, las chuches o los regalos, algo malo acababa ocurriendo este día; porque de mayor estaba ya demasiado lejos para que nadie lo entendiese. Será pura superstición, o predisposición. O no saber encontrar los tréboles de cuatro hojas.
Pero sé que el 17 de marzo es siempre mejor quedarme debajo del edredón...

martes, 16 de marzo de 2010

A lo idiota

Siempre se puede ser más idiota. Eso, seguro. Caer más bajo. Tener menos orgullo. Pero también así se entiende lo ineludible. Y aceptar sí o sí. Hacer comparaciones: todas, como en un muestrario, mochila y colgante incluidos, haciendo el paseillo. Pero vista la verbena, pasó de seguir jugando. Ingenuas todas. Admiradoras eternas, también. Pero no basta. Un soplo y cambiar de vela. Hasta aquí hemos llegado.
No vuelvo a pintar suspiros, aunque siempre sueñe con los cielos anaranjados de ese verano. Y sepa que jamás volveré a verlos desde ninguna otra ventana. No compensan los temblores. Ni aún menos el desprecio, que sigo sin entender. Pasado, pasado es. Eso dicen. Aunque siempre deje huella.
Abandono este desquiciante juego y, esta vez, me voy volando en una bicicleta alada, para perderme por el camino, y nunca más, nunca, volver a desandar el paso.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Las cartas que no envié

"Empecé a escribir estas cartas, ¿cuándo?, hace veinte años ya. Todas las semanas te envío una. Es cierto, la ausencia de estas dos semanas últimas puedo justificarla. Escribía y rompía las cartas. No, no quería que fuera la última carta. Nada de confesiones. Vuelvo a mi historia. Al fin y al cabo las historias no las escribo para ti. Bien me lo dices. Escribo para mí mismo. Por eso no quería mandarte esa carta y vuelvo a mis historias. Rompí muchas veces la carta puesto que me parecía que iba a ser la última carta. Te seguiré contando lo que me pasa. Mis historias."

Correspondencias, Pedro G. Romero


Refugiarse en la literatura. Agarrarse a la prosa de otros para ocultar los miedos. Repetir las historias ante la incomprensión. Vivir en lo cotidiano para eludir los silencios. Utilizar la última excusa para no desaparecer. Porque frente al vacío sólo queda lanzarse al fuego, aunque te abrase.

domingo, 7 de marzo de 2010

Por Sego

Risas... y alguna lágrima. Vino con naranja y limón; vamos, sangría. Como las de entonces. Una manos alzadas llenas de "chuletas" en bolígrafo rojo. Calamares. Edredón. Fiestas... Recuerdos. Re-confesiones. Una ciudad que nos cambió la vida, Segovia.
Pelearnos como antes... por unos fritos o unas patatas, por un camino u otro, por llegar siempre tarde, por mal perder al Trivial... y gritarnos... y abrazarnos.
Crecer, ser licenciadas y tener curros precarios. Alejarnos. Pero recordar qué fue lo mejor de la carrera.
Tirar colchones al suelo y soñar despiertas. 
Comer spaguetis al mediodía, a la cena, al desayuno.
Psicoanalizarnos. Ver soluciones sólo para los problemas ajenos. Inventarnos. Compartirnos.
No olvidar. Redescubrirnos también.
Ya nos vale... más de dos años... 
Por Sego, por lo felices que fuímos allí, y sobre todo, porque aún somos capaces de  recrear aquellos ambientes cuando, como este fin de semana, las segovianas (cinco, aunque en la foto falte una) nos volvemos a juntar.

lunes, 1 de marzo de 2010

Realidad



"Tener todas las réplicas en el momento en que vas a necesitarla. Eso es lo que diferencia el teatro de la vida."
Realidad, Tom Stoppard.
Al montaje le falta un par de vueltas. Y lo mismo a algunos de los actores, que no llegan en todos los casos  al climax. Lo mejor, las palabras. Si concretamos, el monólogo sobre lo que son las palabras, sus causas y consecuencias, en voz de Javier Cámara.
"Tú dices que no sabe juntar palabras, ¿pero para qué sirven las palabras?"
La vanidad, los celos (extremos o disfrazados), la dignidad ausente. "No encuentro ninguna parte de mí en la que tú no estés".
La exclusividad del amor. El castillo de naipes que el viento y los años van tirando. Los sofistas. El verbo conocer. La educación. Bach. El sexo. Teatro dentro del teatro y teatro dentro de la "Realidad". 

- ¿Qué hay de tu dignidad?
- Ah, claro, sí, es verdad, que tú comportamiento es mucho más educado; pero es que yo ya no creo en comportamiento educados. Yo creo en las peleas y en las lágrimas, eh! y en rebajarse. Y en el dolor y en la pérdida de la dignidad, y en la desnudez. Porque no preocuparse se parece demasiado a no querer.