miércoles, 29 de abril de 2009

Conversaciones mentales

Desde que recuerde, siempre he mantenido conversaciones mentales con la gente. No es que esté dormida, las tengo totalmente despierta. Entonces, evoco una conversación que nunca existió y que nunca, no al menos como yo me la estoy imaginando, existirá.

Esto me viene ahora a la cabeza, no porque últimamente mantenga más charlas mentales que de costumbre, que también; sino porque he estado leyendo Esperadme en el cielo, el último libro de Maruja Torres, en el cual la escritora vive una serie de aventuras en la "eternidad" con sus dos mejores amigos, ya muertos, Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán.
La ventaja de nosotros, los vivos, respecto a los muertos, es que podemos conversar con ellos sin que nos reprochen nada, sin que nos contesten con borderías o sin que se hagan los sordos. Si mantenemos conversaciones creadas por nosotros mismos con nuestros muertos, podemos manejarlas a nuestro antojo sin que luego las respuestas nos dejen sabor a fracaso.

Creo que esas conversaciones son también la base de muchos mitos, sobre todo, los generados en la infancia y adolescencia. No les debemos explicaciones a nuestros mitos. Por eso creo que en mi adolescencia, un gran número de charlas las tuve con Lydia Bosch. Y nunca me respondió con antipatía.

El problema llega cuando, como en mi caso, genero, constantemente, conversaciones con gente de mi entorno, con mi familia y mis amigos. Puedo mantener una conversación entera con alguien a quien quiero mucho y decirle todo lo que me gustaría decirle, lo bueno, y lo malo.
La conversación es perfecta porque mis recreaciones son hechas a mi antojo, y mis sueños suelen mejorar mi realidad. El problema es que la realidad se acaba imponiendo.

Es el momento en que termino el libro de Maruja Torres, y aunque ella misma quisiera prorrogar su mundo onírico, no le queda otra que buscarle un final al libro y venderlo.

El problema es el mismo para mí, al final siempre llega el momento de encontrarme cara a cara con los personajes de mis conversaciones, instante en el cual éstos dejan de ser personajes y se convierten en personas, seres con voz e intenciones propias que no se ponen de acuerdo conmigo, que no me escuchan, que no me entienden, que me dicen cosas que no se parecen en nada a las que yo me había imaginado que me dirían, o a los que yo les digo palabras que no se expresan como se expresaban en mis diálogos recreados.

Siempre me ha gustado de Maruja Torres, que se empeña en repetir que escribe para ordenar su mundo, su caos, para inventar lo que a la realidad le falta.

Siempre he tenido mucha imaginación, pero nunca se me ha dado demasiado bien la realidad.

Las consecuencias son, a veces, desastrosas; y aunque mi imaginación y mis conversaciones mentales, en muchas ocasiones, me salvan; en otras, me desestabilizan.
Mi sensibilidad onírica aumenta a medida que los seres reales me resultan cada vez más lejanos.
Y no estoy ya demasiado segura de por cuánto tiempo, de qué manera, y a qué precio, podré seguir viviendo feliz entre mis fantasías.

martes, 28 de abril de 2009

Dos problemas

Segín wikipedia, la rabia es una enfermedad aguda infecciosa viral del sistema nervioso central ocasionada por un Rhabdovirus que causa encefalitis aguda. También, siempre según la “enciclopedia libre”, es el nombre de un par de películas, de una planta y de una ciudad de Cantabria.

Curiosamente, no hace alusión ninguna a la rabia en las personas.

Puede que sea porque no es más que algo que ocurre dentro de nuestra cabeza.

Cuántas veces nos han dicho: "si te enfadas, tienes dos problemas; uno, enfadarte; dos, desenfadarte". Y realmente era cierto, y no sé cual es peor problema, si enfadarte o desenfadarte.

Y lo más complicado de todo es intentar desenredar los motivos que hacen que sientas algo que crees que es rabia, una rabia imperfectamente humana.

Y lo más complicado es también saber que por mucho que te gustaría (y, ¡ay!, cuánto te gustaría), ya no tienes edad para patalear y tirarte de los pelos como la niña de la foto.

Si te enfadas, sólo te quedan eso: los dos problemas.

domingo, 26 de abril de 2009

25 de abril en Perugia

"No sabía que la primavera duraba un segundo...",
pensó cuando se despertó.
Era 25 de abril y estaba feliz porque habían pasado 64 años desde que se produjese, tras la II Guerra Mundial, la liberación italiana, y para celebrarlo, hoy no iría a trabajar, sino que se dedicaría a danzar por la Piazza IV di novembre. No había nada que le gustase más que girar como una peonza.

La que como aquellos niños de antaño jugaba con una peonza en esa misma plaza, era una niña de esas que las madres aún les ponen trenzas. Ella sí que no sabía de primaveras veloces, ella que, a sus seis años, creía aún que sus amigos y sus animales, y sus padres y su colegio, y su abuela y su peonza, eran eternos.

Mientras, la miraba de reojo aquel chico. Una mirada veloz, llena de esa ternura que se palpa de cerca tan pocas veces. Rápidamente volvió a mirar al cielo, debía coger su bandera al vuelo. Llevaba meses ensayando. Y el juego de colores en el cielo, quedó precioso. Pensó entonces en alguien, en alguien que sabía que de haber visto ese lanzamiento impecable de bandera, hubiese estado orgulloso de él. "Cómo nos persigue la necesidad de que quienes más queremos se sientan orgullosos de nosotros", pensó. Pero nadie había allí para responderle.

Sin embargo, alguien había escuchado su pensamiento. Era un perro, ese perro casi amarillo que vive perennemente en las escaleras de esa plaza, que se alimenta de restos de pizzas y de cervezas. "Soy afortunado de no poder hablar -pensó el perro-, porque al no hablar, escucho mejor lo que dicen los corazones".

Quizás porque todos le consideraban un loco, se sentía siempre feliz aquel anciano que acompañaba al perro. Quizás porque fue él quien decidió ser un loco el día que comprendió que en la vida siempre hay alguien que te de la mano pero que esa mano nunca dura demasiado tiempo a tu lado; que siempre puedes recibir un beso pero puede que ese beso provenga del mismo Judas; que las palabras hacen tanto bien como mal; y que las amapolas sólo viven durante un mes al año.

"Si yo te contara", contó la amapola. "He visto a los niños pegarse tortazos, jugar a ser grandes, llorar y reír por los mismos motivos; he visto a una chica enfadada porque no entendía nada; he visto la rabia y el miedo, los soles y las lluvias de abriles que acaban con todo; he visto el agua que brota de la fuente de la plaza; he visto nacer y morir, sufrir y gozar; he visto los giros que se dan buscando sentido, los deseos que se piden a la almohada, y las alas que crecen cuando no crece nada".
La amapola hubiese seguido hablando, pero las amapolas duran demasiado poco. "No te creas-añadió-, y además, es lo de menos: lo importante es lo que pasa durante un movimiento del reloj de arena".

sábado, 25 de abril de 2009

23 de abril en Barcelona

El día termina.
Subiendo Corso Vannnucci, arrecía de frío a las doce de la noche, y con mi italiano cutre, me siento más segura que subiendo las Ramblas, estrenando alpargatas, y con mi catalán inexistente.
De vuelta a casa.



En el avión, unas horas antes, sobre las nubes. Escribo con un boli azul y pienso que si el avión explotara por los aires, lo que estoy escribiendo, sería lo último que escribiría. Entonces dejo de escribir y leo. La muerte desde el cielo o la muerte en la tierra y de preámbulo, una vejez jodida decorada con ataques de olvido. Lecturas y teatro, dichosa literatura tan tétrica que me hace pensar en exceso. Aunque la vida, como dijeron, quede por delante.

Retrocedamos más. Qué maravilla de sol.
Y Rambla arriba, y Rambla abajo. Y olor a rosas.
Parece que no entrase nadie más en las Ramblas de Barcelona durante el día de San Jordi. Pero siempre se puede hacer un hueco. Me encanta rebuscar entre libros gastados. Encuentre o no, eso es lo de menos.

Al mediodía, de aperitivo –no italiano–, pan y tomate.
Aún no sabíamos cuánto andaríamos. Si no, en lugar de un cruasán, me como dos. Ay, qué bonita pinta Barcelona, y qué ricos los zumos de frutas del mercado.

La mañana despierta en 23 de abril, día del libro. San Jordi. Barcelona. Qué emoción.
Mi madre aún duerme. Nos parecemos cada día más.
El día comienza.



martes, 21 de abril de 2009

Había una vez... uno que se llamaba Mussolini...

Antes del homicidio de Matteotti, el ambiente ya estaba caldeado: que si el “Regio Decreto sulla Stampa 23”, que le capacitaba para multar a los medios por “alteradores del orden público”; que si dirigir el Avanti! –el periódico del Partido Socialista–; que si crear, en el 14, el periódico Il Popolo d´Italia para dotar al Partido Nacional Fascista de un órgano de propaganda, al más puro estilo de su compadre Hitler

Pero vamos, fue llegar1924, Giacomo Matteotti pronunciar su discurso contra el fascismo, producirse su secuestro y su muerte, y a Benito Mussolini ya no había quien lo parara. Bueno, hay quien dice que el rey de Italia, Vittorio Emanuelle III, hubiese podido hacer algo… pero vamos, que eso es otra historia.


Como decía, fue llegar el 24 y ponerse las pilas para convertir el ideal fascista en el ideal de todos…. Y así hasta el 43. Listo era, ¿no?, primero empieza a meter leyes como el que no quiere la cosa, haciéndose el tonto vamos; en el 25, la obligatoriedad de que todos los periodistas estén inscritos al Albo para poder ejercer la profesión (claro que sólo dejaba inscribirse a los que demostraran “fidelidad al régimen”); en el 26, las “leggi fasctisime”: que si no dar más de dos columnas a los actos violentos, que sí dar un mínimo de información de las infraestructuras que montaba el régimen, que si escribir con un estilo pomposo…


Por no hablar de la obsesión que tenía el hombre con los directores de los periódicos: que si cambio a éste, que si me ventilo al otro, que si pongo a dirigir la Agencia Stefani a mi coleguita Morgani, que si me alío con los del Instituto LUCE; para acabar, en el 35, haciendo limpieza general y después (más listo que ninguno), autoproclamándose “Director único” de todos los periódicos… y metiendo su columnita “Stupidario nemico” en todos los periódicos… No, si encima, vanidoso.


Y los periodistas ¿para qué? ¿Para qué iban a mostrarse en contra, a reivindicar libertades, a unirse contra el Duce? Pues no… ellos a poner cara de niña buena. Vamos…, pero si algunos hasta antes de la Marcha sobre Roma –del 4 de octubre del 22, por la que Mussolini subía al poder– ya se habían, ellos solitos, “autofastizados”, Il Resto del Carlino, por ejemplo.

Claro que los que se oponían acaban mal, Albertini quiso mantener independiente al Corriere della Sera y fue sustituido de inmediato en la dirección del periódico. Esas eran las consecuencias; La Stampa fue suspendida también en varias ocasiones.

Si otra cosa no, pero Mussolini se lo supo montar, hay que fijarse sólo el Minculpop o la Guerra de Etiopía. En el primer caso, el Ministerio de Cultura y Propaganda (“compinchado” con el Ministerio de Propaganda alemán de Goebbels), que ya no sólo se conforma con controlar la prensa sino que, además, pretende, desde su creación en el 37, reeducar al pueblo, ser una fuerza vital, promover publicaciones como La Diffesa della Raza (con un título así, sobran explicaciones…).

Y lo segundo, Mussolini promueve una súper campaña (y eso que todavía no había tele) para meter a los italianos en una guerra contra los de Etiopía, y así, ir metiéndoles el gusanillo, para que en la II Guerra Mundial lo den todo con alegría. Si el muy listo hubiese sabido lo "colgado" que le iba a dejar la II GM


Y entre unas y otras, los italianos, y medio mundo, acaban metidos en guerra… Y mientras, el pueblo no se entera de nada, que la información que llega es sólo la “oficial”… menos mal que, de vez en cuando, pillaban Radio Londra y la escuchaban clandestinamente…


Y así, nos colamos en la noche del 25 de julio de 1943. Yo me la estoy ya imaginando… (en blanco y negro) En una redacción, aparentemente tranquila, alguien da un chivatazo: el rey está pensándose cesar a Mussolini y mandar a Badoglio a que forme nuevo gobierno… ¿Cómo se enteraron los periodistas? Pues porque son periodistas... chaquetros pero competentes… Con el notición, la redacción comienza a hervir… y la noticia vuela de un periódico a otro… por un lado: el estrés, la emoción… por otro: el miedo… Si de una día a otro, la Italia fascista pasa a ser Italia no fascista, en todos estos periódicos que han apoyado al fascismo es muy posible que rueden cabezas… Eso debió pensar el director de la Stefani, que se suicidó esa misma noche…


Pedazo de periodistas... A la mañana siguiente, todos los periódicos salen con titulares de “Viva l´Italia”

¿y Mussolini?... ¿quién era ese?

Se reconstituye la Federación della Stampa, nadie se acuerda de un pasado fascista… “¿quién yo?, que va”… y mientras, el Duce encerrado…

Pero como todo malo de película, reaparecerá de entre las cenizas…

En septiembre se firma un armisticio y el rey y Badoglio –cobardes– huyen. Hitler rescata a Mussolini y éste vuelve a Italia y proclama el II fascismo. El 23 de septiembre del 43, por radio –su nuevo descubrimiento– anuncia la creación del nuevo “Partido Fascista Republicano”. Ojo en… republicano, que los italianos no volverán a tener rey… (Algo de lo que podíamos aprender los españoles, por cierto)


Y como decía, la radio fue su nuevo descubrimiento. Mussolini se lleva al Minculpop y a la Stefani a Saló, y mientras, juguetea con la radio… ¿Por qué? Pues uno, porque los “plumillas”, temiendo represalias, han huido… y dos, porque descubre en la radio un potente modo de llegar a las casas, incluyendo así a gente que no sabía leer.


Pero bueno, el poder no le dura mucho. Los alemanes pierden la guerra, y Mussolini es ejecutado el 28 de abril de 1945.

Luego llegaran, de Sicilia al norte, los americanos del Pwb para “reeducar” –ingenuos– a los italianos, tendrán sus movidas con el CLN, se creará una Constitución, etcétera, etcétera… pero esto es ya otra película, y yo me tengo que ir ya el examen…

Prometo no contárselo de este modo al profesor…


sábado, 18 de abril de 2009

Lunas

- Vamos a tomar algo, que estoy embotada de hacer resúmenes -le dije a mi amiga.
- ¿Embotada? -me preguntó- esa palabra es sudamericana, por lo menos...
- Pues yo siempre la utilizo… empanada, dormida, colapsada… espesita, vamos… ¿Nos tomamos algo?


Después de andar dando tumbos de pueblo en pueblo, tres días enteros delante del ordenador resumiendo el libro de Storia del giornalismo italiano me parecen tres años.
Embotada es que quería decirle a mi amiga “nos vemos en el Bruffani” (hotel de Perugia) y le he dicho: “nos vemos en el Stefani” (agencia de noticias). Pero eso era ayer.


Hoy he terminado los resúmenes, el glosario de términos claves y he “sottolineato” un montón de folios con rotuladores fluorescentes. Luego he cogido feliz mis papeles con la idea de estudiar en algún parque... Pero el sol que me retaba desde fuera de la ventana mientras yo escribía sobre mi teclado gigante (añadido al portátil con Usb), se ha convertido en lluvia en cuanto he pisado la calle. Así que nada, de vuelta a casa, me he puesto a escuchar canciones de Adriana Varela (que ya me he hecho con toda la discografía) y a estudiar…
Claro que mi concentración no dura mucho, y aún menos moviéndome entre Albertini, Bergamini, Scalfari, Montanelli, Rizzoli, Frassati... y el resto de nombres acabados en i…

El tiempo que llevo ya en Italia, desde que volví de las vacaciones de Navidad hasta hoy, es mayor que todo el tiempo que estuve entre septiembre y Navidades, pero, esta vez, ha pasado todo mucho más rápido... Qué cosas más raras hace el tiempo.

En menos de tres semanas, tengo que hacer un examen, irme a Barcelona, volver a Perugia, ir a Vicenza, a Parma, a Milán… a Madrid, hacer otro examen, volver a Roma, a Perugia… Con la de cosas que hago yo sola en dos semanas (y que no soy capaz de recordar como no las escriba) ¿cómo me aprendo todo lo que han hecho los periodistas italianos durante dos siglos?
Me está empezando a doler la cabeza...

viernes, 17 de abril de 2009

Desembalando

Pensé que era por los libros y por la ropa... pero me paso de peso porque quiero meter el sol en la maleta...



"...con el sol en la maleta por si el frío
me agarraba sin saber a dónde ir...."

"...resguardarme del viento en una esquinita de tu piel...
voy desembalando el universo
por si tú lo vuelves a querer..."

miércoles, 15 de abril de 2009

Carta urgente



Hay cosas que te escribo en cartas para no decirlas.
Hay cosas que escribo en canciones para repetirlas.
Hay cosas que están en mi alma y quedarán contigo cuando me haya ido.
En todas acabo diciendo cuánto te he querido.

Hay cosas que escribo en la cama.
Hay cosas que escribo en el aire.
Hay cosas que siento tan mías que no son de nadie.
Hay cosas que escribo contigo.
Y hay cosas que sin ti no valen.
Hay cosas y cosas que acaban llegando tan tarde.

Hay cosas que se lleva el tiempo sabe Dios a dónde.
Hay cosas que siguen ancladas cuando el tiempo corre.
Hay cosas que están en mi alma y quedarán conmigo cuando me haya ido.
En todas acabo sabiendo cuánto me has querido.

Hay cosas que escribo en la cama.
Hay cosas que escribo en el aire.
Hay cosas que siento tan mías que no son de nadie.
Hay cosas que escribo contigo.
Y hay cosas que sin ti no valen.
Hay cosas y cosas que acaban llegando tan tarde.
Hay cartas urgentes que llegan cuando ya no hay nadie.

Letra de "Carta Urgente" - Rosana - MAGIA

martes, 14 de abril de 2009

Primo Amore


"Se questo è amore, che io non so,
questa è la prima volta che io lo provo
in età da farci sopra qualche
considerazione; ed eccomi di diciannove
anni e mezzo, inamorato.
E veggo bene che l´amore dev´esser
cosa amarissima, e che io purtroppo
(dico dell´amor tenero e sentimentale)
ne sarò sempre schiavo. "

Giacomo Leopardi. Diario del primo amore.

"...Y me doy cuenta que el amor debe ser cosa amarguísima... del que yo, por desgracia, seré siempre esclavo..."

sábado, 11 de abril de 2009

Ganas de fastidiar

Cuando poco queda para que los medios de comunicación vuelvan a examinar a sus futuros periodistas en prácticas con "maravillosos" test de actualidad, donde el tema ministros es siempre recurrente, a Zapatero le da por cambiar a media plantilla. Estoy convencida de que Medios y Gobierno se han aliado por fastidiar. Menos mal que este año, creo que no me presento a ningún test, o sí, no sé... Aún así, ahora que ya nos los sabíamos... ¡¡qué antipáticos!!

  • Vicepresidenta Primera del Gobierno, Ministra de la Presidencia y Portavoz: María Teresa Fernández de la Vega.
  • Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Ministra de Economía y Hacienda: Elena Salgado.
  • Vicepresidente Tercero del Gobierno, Ministro de Política Territorial: Manuel Chaves.
  • Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación: Miguel Ángel Moratinos.
  • Ministro de Justicia: Francisco Caamaño.
  • Ministra de Defensa: Carme Chacón.
  • Ministro del Interior: Alfredo Pérez Rubalcaba.
  • Ministro de Fomento: José Blanco López.
  • Ministro de Educación: Ángel Gabilondo.
  • Ministro de Trabajo e Inmigración: Celestino Carbacho.
  • Ministro de Industria, Turismo y Comercio: Miguel Sebastián.
  • Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino: Elena Espinosa.
  • Ministra de Cultura: Ángeles González.
  • Ministra de Sanidad y Política Local: Trinidad Jiménez.
  • Ministra de Vivienda: Beatriz Corredor.
  • Ministra de Ciencia e Innovación: Cristina Garmendia.
  • Ministra de Igualdad: Bibiana Aído.

miércoles, 8 de abril de 2009

Duelo de almas

Son las dos de la mañana cuando en el coche vuelvo a casa después de un día de ocio. Estoy sentada en el asiento de atrás, medio dormida pero escuchando con atención la radio. Como durante todo el día, hablan del terremoto de Abruzos. La gente tiene miedo y la psicosis empieza a extenderse por el país. Un hombre cuenta como, siguiendo uno de los muchos llamamientos falsos que han hecho por Internet, ante el miedo de que los movimientos sísmicos le alcanzaran ha sacado de casa a su madre y a sus hijos. Rogaba que por favor no se difundieran falsas alarmas, no se impulsara a la gente a echarse a la calle, no se alertara aún más a una población que ya de partida está desconcertada y aterrorizada después de las réplicas que una tras otra se van sucediendo desde el lunes. Cuando lo escuché, me entraron ganas de vomitar. La nocturnidad, las horas de coche, el cansancio del día y el embotamiento de tantas noticias tuvieron como colofón una entrevista radiofónica que me cortó el cuerpo.

Días antes de todo, durante el Festival de Periodismo.
Escucho con admiración, con intriga, con expectación y con dudas una conferencia titulada “Bagdad zona roja, el Irak nunca visto”. Hablan las periodistas Anne Nivat y Stella Pende, dos reporteras de guerra que hablan con tranquilidad y aseguran que el mayor miedo que sienten cuando se van a cubrir un conflicto es al pensar en sus hijos. Hablan de la necesidad de “renunciar al espectáculo del dolor”, de no quedarse con la información que llega sólo de fuentes oficiales, apelan a las contradicciones y a la prioridad de las personas antes que de las masas.
Luego hablan de la profesión, de cómo a menudo han caído en depresiones cuando de una realidad dura vuelven a la comodidad de sus casas occidentales. Y se centran entonces en la responsabilidad del periodista.
Stella Pende recuerda que su amigo el afamado periodista Ryzard Kapuscinsky decía constantemente que para ser periodista era imprescindible ser una buena persona.

Una buena persona… pienso en ello mientras veo en TV la plaza del mercado de L´Aquila, una plaza que cotidianamente rebosaba de gente y que ahora rebosa de equipos de TV, de locutores de radio y de corresponsales llegados de todo el mundo. La plaza está ahora ocupada únicamente por periodistas, que permanecen a la espera de contar qué sucede a cada minuto en el epicentro del terremoto.
Entonces dudo si ellos, si yo misma desde la comodidad de mi casa a 170 km. del lugar, están y estoy pensando en el terremoto antes como desgracia, o antes como noticia. Me pregunto dónde queda la bondad si el alma de periodista se come al alma de persona.

Las mismas preguntas y miedos, la misma sensación y los mismos conflictos personales, que se me amontonan sin respuesta cada vez que vivo o que me involucro en hechos de esta naturaleza. Una implicación obviamente lejana, desde una perspectiva fácil y cómoda, desde una teorización.
Dónde queda mi alma de persona si me siento activa y enérgica, emocionada y excitada en la redacción del periódico donde hago prácticas siguiendo paso a paso los muertos que va dejando un accidente de avión.
Dónde queda mi alma de periodista si me pongo a llorar en silencio mientras entrevisto por teléfono a un bombero que, recién llegado del terremoto de Pisco (Perú), me cuenta como al sacar a los muertos de los escombros, a él sólo se le venía a la cabeza la imagen de su niña recién nacida.

Cuando a las tres y pico de la mañana, anoche me fui a la cama, me dolía muchísimo la cabeza. La última cifra de muertos ascendía a 235. La cifra retumbaba en mi cabeza como el eco. La imagen no vista, sólo escuchada, de la multitud de perros y gatos que deambulan desconcertados por el lugar del terremoto buscando a unos amos que están ya muertos. Y me recordó a como la periodista Mercedes Gallego contaba que, mientras estaba “empotrada” a las tropas norteamericanas durante la guerra de Irak, después de aguantar fría y serena ante la presencia de muertos y horrores, un día, de pronto se echó a llorar desconsoladamente ante la muerte de un pájaro. No era el pájaro en sí, era todo el significado añadido.
Mientras nuestras almas de personas y de periodistas combaten en duelo, aferrada a Internet sigo el minuto a minuto de La Repubblica, la radio hace eco y en TV habla Berusconi. Luego uno tras otros se suceden reportajes que ponen en práctica aquello que estudiamos en la carrera de que siempre marca más el reportaje personalizado que la abstracción de cifras. Una anciana, una concreta y no otra, llora por haber perdido todo.

No soy capaz de mantenerme serena, de pronto me encuentro abrumada bajo una masa de noticias. Mi alma de periodista pierde todas las batallas cuando me tambaleo, cuando no soy capaz de controlar mi sensibilidad, mis emociones, mis lágrimas o mi miedo. Mi alma de persona pierde todas esas mismas batallas cuando mi egoísmo aumenta con los años, cuando el mundo se desmorona y sólo reflexiono sin hacer nada, cuando, como ahora, sólo escribo por sobrevivir.

lunes, 6 de abril de 2009

Festival del Giornalismo (VIII)

Conclusiones... (Más o menos)
El día de la inauguración, alguien grito, como si de una boda se tratase: "¡Viva el Periodismo!". Se levantó una marea de aplausos. Esos ataques de efusividad han sido una constante durante todo el festival.

El periodismo no puede morir porque está lleno de soñadores, ya lo repitió Sergio Romano: "es la empresa periodística, y no el periodismo, lo que está en crisis".

"Somos el perro de Paulov que se autocensura por miedo a futuras descargas", avisaba uno de los periodistas en una conferencia sobre el periodismo de investigación medioambiental. Era trasladable a otros temas. Un repaso profundo a los males del periodismo.

Wikipedia, Twitter, los blogs, el Facebook... han sido protagonistas de un evento que se ha seguido también por Internet. La despedida -o no- al periodismo de papel, los nuevos retos, y la creatividad.

El papel del periodismo participativo donde las noticias llegan por parte del lector, pero donde se plantea el problema de a qué queda entonces relegado el papel del periodista, y de si un periodismo no pagado es igual de efectivo. Pero no es lo mismo observador que periodista... ¿no? Stephan Russ, fundador de Europeam Journalism Observatory, señalaba que el periodismo no pagado no tendrá calidad y recalcaba la necesidad de no convertir todo en periodismo.

"La libertad de prensa pertenece a quien tiene la prensa", que escribía el súper nombrado Montanelli, sería una de las frases más repetidas.

El poder de elección que ejerce el medio de comunicación, la agenda setting...

"Of course!!", gritó a la pregunta de "¿La Europa tiene un futuro?", el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering.

Iniciativas varias.

¿Un periodista debe ser "polifacético" o es mejor optar por la especialización? La respuesta a esa pregunta no me quedó clara.

Y más, y más, y más... periodismo de todos los colores y especialidades. Periodistas de todas ¿las razas?... y mucho debate. El resultado fue, a mi parecer, muy positivo. Mereció, sin duda, la pena.

Periodismo, periodismo, periodismo... Ay!!

(Ah!, De momento, ordenador y Moleskine, como en la foto, conviven apaciblemente, al menos, así lo hicieron durante el Festival de Periodismo...)

domingo, 5 de abril de 2009

Festival del Giornalismo (VII)

Serata Teatrale: Oriana Fallaci.

Las noches de Festival estaban dedicadas a espectáculos que, teniendo aún una relación fuerte con el Periodismo, eran más relajados. Fue el caso del "Reading Musicale" del sábado. Se trataba de un espectáculo protagonizado por la actriz Sonia Grandis y la escritora Valeria Palumbo, acompañadas de una orquesta, donde se realizaba un recorrido por la vida y obra de la ya fallecida periodista Oriana Fallaci.

Fallaci, que no se consideraba italiana sino florentina, alcanzó una inmensa popularidad en todo el mundo, escribiendo numerosos libros y artículos, especialmente para la publicación L´Europeo. Fue una importante cronista y dejó constancia de su trabajo en una larga lista de entrevistas que realizó durante toda su trayectoria profesional. Muchas de ellas, desde Yassir Arafat hasta Santiago Carrillo, están recogidas en el libro Intervista con la Storia.

Las dos protagonistas del espectáculo interpretaron muchas de estas entrevistas, deteniéndose también en otros textos de la autora que reflejaban un fuerte caracter y una lucha constante a la hora de contar al mundo lo que había más allá de lo establecido. Su lucidez y su ironía la acompañaron durante toda su vida, así como una fuerte implicación en su trabajo. La creencia absoluta en la necesidad de narrar fue la que la impulsó a salir del silencio en el que se matuvo desde los años 90. Tras vivir de cerca el 11S en Nueva York, decidió volver a la esfera pública con la publicación de La rabbia e l'orgoglio (La rabia y el orgullo) en 2.001.

Había crecido en la Italia fascista de Mussolini y su personalidad y trabajo estaban fuertemente vinculados a un activismo contra el fascismo y contra el fundamentalismo islámico. Esa idea la lllevó a cubrir como reporter los mayores conflictos bélicos del siglo. Su última etapa profesional estuvo marcada por un potente extremismo anti-islámico que la llevó a decir que el mayor mal del siglo era el Corán. Este tendencionismo dividió a sus seguidores, que aún así la defendían asignando lo radical de su postura al cáncer de mama que ya arrastraba y que la mató en el año 2006.
"¿Por qué pensar en trabajar en un periódico?", le preguntaron una vez. "No es sólo pensar en trabajar en un perdiódico -contestó ella-, es, además, no poder pensar en otra cosa que en trabajar en un periódico."

Festival del Giornalismo (VI)

Seymour Hersh: "Hay que estar precavidos"

"No podemos enamorarnos, debemos desconfiar", así hablaba Seymour Hersh, el periodista del The New Yorker, en la conferencia que dio el sábado en el Festival, titulada "Bush, l´attacco alla costituzione americana, la complicità dei Media".
Hersh estaba refiriéndose a la relación de la sociedad y de los Mass Media con el nuevo presidente americano, Barack Obama. El periodista avisaba de la necesidad de exigirle al Presidente unos resultados, porque "ahora existe sólo una relación de enamoramiento". "También yo he votado a Obama", añadía, "pero no basta con eso".

La necesidad de la precaución, de no creerse todo de antemano, de poner todo en sobre aviso, de estar prevenidos, en general, de desconfiar de partida, a las que se refirió el periodista en la relación con Obama, fueron posteriormente ampliadas a la relación general con la realidad, por parte de la Sociedad, pero sobre todo, por parte de los Medios de Comunicación.

Hersh recalcó la importancia de contrastar fuentes y criticó la cantidad de periodistas que se quedan sólo con la "información oficial". Tras recordar casos históricos como el "Watergate", remarcó que "el periodista a veces vive con su noticia una historia de amor, y ese no es su trabajo; el periodista no puede estar enamorado de lo que debe contar, debe basarse en la realidad de los hechos".

Habló del rápido cambio que está viviendo la empresa periodística y con cierta mezcla de ironía y realidad, sugirió que estaba pensándose el que "quizás debería comenzar a escribir para un blog y dejar el periódico". Aseguró que, en cualquier caso, "yo ya he vivido demasiadas cosas como para estar ahora asustado", y aprovechó para hacer un llamamiento a los jóvenes, a que no se dejen engañar, "si no te gusta que te mientan, no mientas tú tampoco". Y avisó que "en el periodismo son necesarias la honestidad y la integridad".

Aseguró creer en el periodismo como medio para cambiar el mundo, por ello también recordó a los jóvenes que "para cambiar las cosas es necesario establecer una agenda, pero cuando esa agenda se cumple, es igualmente necesario, seguir cambiando más cosas". "Seréis la próxima generación en mostrarnos cómo están las cosas", señaló.

En su explicación hizo alusión a las guerras más sangrientas de los últimos años, "una guerra es siempre homicida, siempre terrible. Ninguno la hace mejor que otra". Y se mostró alarmado ante la situación actual en Irak, "como no hagamos algo pronto, la violencia en Irak seguirá aumentando".

Por último, señaló la importancia de un "periodismo equilibrado y no politizado", un oficio que "también está lleno de momentos mágicos".

viernes, 3 de abril de 2009

Festival del Giornalismo (V)

La lección de Sergio Romano
Tenía pintas de curtido. Sentado en un sillón con absoluta tranquilidad, con una mirada analítica pero serena. Con cara de quisquilloso, de valiente, de implicado, de conservador, de activo...
Más tarde me enteraría que estaba a punto de cumplir ochenta años, que ejerció carrera diplomática por París, Londres y Viena, que fue embajador en la antigua URSS, que había dado clases en las Universidades de California, Harvard y Milán, que tenía escritos más de una treintena de libros, que comenzó como periodista en Il Popolo cuando tenía 18 años, que lleva la sección "Lettere al Corriere" en el Corriere della Sera...

Pero eso sería, ya digo, más tarde. Cuando entré en el teatro Pavone -lleno hasta arriba- sólo sabía lo que ponía en el programa: Sergio Romano. Corriere della Sera.

Estaba anunciado como "la lección magistral" del periodista sobre: "Giornalismo, Poteri e Responsabilita". El joven periodista de La Stampa Francesco Rigatelli hizo una bonita presentación. Después, Romano dio su clase.

"Hay dos tipos de periodismo -comenzó diciendo-, uno se dedica a la información y al análisis; el otro, al entretenimiento y al escándalo. Si un periódico quiere dedicarse a uno de ellos en exclusiva, está muerto".

Después continuó: "No pueden sobrevivir los periódicos que deciden sólo jugar en un campo. Los periódicos no son órganos de información, son instrumentos de batalla". El tono guerrero con el que Romano comenzó su conferencia no lo abandonó ya a lo largo de ésta, ni tampoco durante la rueda de preguntas que le prosiguió. Contundente, directo y claro. Simple, sencillo, y eficiente. Como las de un buen periodista, así eran cada una de sus frases. De la primera a la última palabra de su intervención no perdió el ritmo. Y no solo eso, además, no perdió la atención de un sólo espectador. Ni una tos, ni un bostezo, ni un rumor. El público estaba entregado.

De la relación del periodismo con la literatura -"casi nunca la literatura es un buen periodismo; la literatura tiene todos los vicios que no debe tener el periodismo: metáforas, rodeos, descripciones eternas..."- hasta el boom de los blogs.
Moreno es un hombre moderno que lleva iPod y sigue con atención las nuevas informaciones que llegan por Internet; sin embargo, siente un cierto recelo hacia los Blogs: "Los blogs no son el periodismo del futuro, no creo que sea la respuesta a los problemas del periodismo. Internet nos acerca la información, podemos hacer un periódico personal, un 'daily me', pero no informa, sólo confirma". Quizás la diferencia generacional le hace sentir determinada desconfianza hacia las nuevas vías; sin embargo, al mismo tiempo, su instinto periodístico le dice que algo está cambiando y que los nuevos medios tienen en ello un papel importante. Un joven del público añadió: "al fin y al cabo, sus cartas al público del Corriere no son otra cosa que un blog...". Romano no pudo hacer otra cosa que darle la razón.

El escritor no podía dejar pasar por alto uno de los temas más debatidos durante el festival: el futuro del papel. Pero en lugar de contestar, dejó dos preguntas en el aire: "¿Existirán tras veinte años los periódicos?, y si existiesen, ¿cuántos cadáveres habrá dejado por el camino?". Sus preguntas sonaban a lamentaciones.

"Los parámetros del periodismo no están pasados de moda: verificar los hechos, escribir con medida, con claridad, con equilibrio...", insistía el periodista. Y avisó: "los jóvenes periodistas deberán decidir cómo quieren ejercer la profesión".
Dejaba la nota en el aire, y entre muchas otras cosas hubo algo que, insistentemente, repitió durante todo la charla: "El periodismo, el oficio, no está en crisis; en crisis está la empresa periodística".

Habrá que pensar en ello... Dejó respuestas, las suyas; planteó cuestiones; y, sobre todo, nos dejó analizando, reflexionando, dudando, pensando...
La lección, efectivamente, fue magistral.

jueves, 2 de abril de 2009

Festival del Giornalismo (IV)

El no reportaje de la no entrevista (Quería titular algo así desde que leí este verano "La no crónica del no concierto"):

(En la foto, Ezio Mauro, Angelo Agostini y Javier Moreno)

Había solicitado una entrevista con el director de El País, Javier Moreno, que participaba esta tarde, junto al director de la Repubblica, Ezio Mauro, en una conferencia sobre Opinión Pública. (Video íntegro de la conferencia aquí)

Parece fácil... pero no... tienes que solicitar permiso a la organización del festival, que te lo acepten, justificar el medio, que acepte el entrevistado... bueno, pues una vez hechos todos los trámites, y tras esperar durante una hora, llegó Moreno.

Primero debían entrevistarlo para la propia publicación del festival, y yo era la tercera en los turnos. Muy gentilmente contestó a las preguntas de los otros medios aunque con alguna cosa que me resultaba extraño: algo así como una excesiva simpatía.
"¿Cómo ven los españoles a los italianos?", le pregunta la reportera italiana. "Los españoles sienten envidia de los italianos", contesta Moreno. Y así, con halagos constantes a Italia, prosiguió toda la entrevista.

No sabemos... si tendrá algo que ver la polémica generada hace unos días cuando el embajador de Italia en España criticó a El País de estar generando una campaña contra Italia, a raíz de las informaciones de los últimos días.

El caso... que tras esperar mi turno, me toca por fin a mí. Me presento y comienzo a hablarle (claramente en español)...

- Ah, pero tú eres española - me dice extrañado. Entonces creo que no quiero hacerla... No concedo entrevistas a medios españoles; casi ni a los míos, menos a otros.

Y así acabó mi no entrevista...

Bueno, acabar no acabó ahí, porque ya de perdidos al río y yo intenté entrevistarlo por otras vías: alegando otros medios, diciéndoles que era para una publicación italiana... o hasta pidiéndole un par de preguntas, al menos, para el blog...
- Es que tu blog también está colegado al mundo - me dice.

Vamos, que nada....

Y para despedirse, me dice (con la misma simpatía y tono de dandy, eso sí, de toda la charla):
- Bueno, igual me entrevistas dentro de unos años.
- No -me salió con un tono tajante que nos dejó en pausa- dentro de unos años estaré trabajando en El País -me salió, esta vez, con una chulería que me sale de vez en cuando.

Y él, claro, se echo a reir...

Bueno, bueno... pero cuando he llegado a casa tenía un e-mail diciéndome que me habían publicado un artículo en el "Yo, periodista" de El País online... Algo es algo... ;) Si ya se lo decía yo a Moreno...

Festival del Giornalismo (III)

Lo que sería una previa...
Cómo no podía ser de otro modo, el festival dedicará parte de su programa a reflexionar sobre el futuro de la prensa de papel. Con el nombre de "Il futuro dei giornalismo di carta", la conferencia abordará qué va a pasar en momentos tan trágicos como los que vivimos, en los que míticas cabeceras como The New York Times, anuncian que ya tienen programa la retirada del papel y que saldrán solo como periódicos online.
Conferencia ideal para los (la) amantes de necrológicas...

Festival del Giornalismo (II)

La bella Sala de Notarios (hoy lugar dedicado, entre otras cosas, a albergar ruedas de prensa) era el escenario para dar la bienvenida. Con la lectura (por uno de los cientos de voluntarios inscritos) de una carta enviada por el Presidente de la República, Giorgo Napolitano, se inauguraba la III edición del Festival.

En el ambiente, palabras del fallecido Indro Montanelli que incitaban a los presentes a luchar por todas las batallas en las que uno cree, incluida, obviamente, la del periodismo. "Esta profesión no puede ejercerla alguien que no crea en ella", apuntaría horas más tarde el periodista del Corriere della Sera, Carlo Vulpio.

La necesidad de elegir se hizo patente desde el primer momento, ya que durante todo el evento, las diferentes ponencias coincidirán cada día en el mismo horario. Mientras los de Reuters proyectaban un documental, a mí me enviaron a hacer fotos a la entrega de premios de una "Comunicación por la Sociedad". La nota extranjera la pondría Candido Grzybowski, director del Instituto brasileño IBASE.

La investigación medioambiental fue otro de los platos fuertes del día, donde se analizó desde la necesidad de una especialización por parte de los jóvenes periodistas, como es el caso del campo del periodismo científico, que estuvo representado por la periodista Silvie Coyaud.

Como era de esperar, el periodismo de participación ciudadana, las redes sociales tipo Facebook, los Blogs y la información generada por medios no convencionales ocuparon ya desde el primer día (y seguirá durante todo el festival) un amplio espacio en el programa. "Siempre se ha dicho que la libertad de prensa pertenece a los que tienen la prensa; con estos medios, la prensa nos permanece a todos", serían las palabras que introducirían el tema. El debate estaba garantizado. ¿Todo lo que sale en la red es periodismo? La respuesta prácticamente unánime es no. Si las labores de periodismo son generadas (y gratuitamente) por la aportación de ciudadanos, ¿a qué plano pasa el papel del periodista?

Otro de los espacios del festival es, en pleno Corso Vannucci, una librería centrada en los temas que ocupan el programa: desde numerosos libros sobre el caso de Aldo Moro -político asesinado en 1.978 por las Brigadas Rojas, después de permanecer 55 días secuestrados-, hasta todo tipo de manuales sobre periodismo. Entre tantos, no pude resistirme a "la versión italiana" de la periodista española Mercedes Gallego. Es el libro Dentro la guerra, donde Monica Maggioni, la única periodista italiana "empotrada" en las tropas norteamericanas durante la Guerra de Irak, cuenta su experiencia como corresponsal.
Hasta el domingo, la crítica y el análisis tendrán una sola materia en Perugia: el periodismo.