martes, 28 de octubre de 2008

Cartas de una Erasmus Entrega 03

El Eurochocolate

Las superamigas, mi coinquilina y yo vamos a engordar descaradamente como vivamos otra semana como ésta. Como si no tuviésemos suficiente con los kilos de pasta, las pizzas, los helados, los “aperitivi” y demás delicias gastronómicas italianas, está semana se está celebrando en Perugia el Eurochocolate.

Vas caminando felizmente por la Piazza Italia y te “comes” una montaña de kit kat, el envoltorio rojo y blanco de las chocolatinas te dicen: “tómate un respiro”. Huyes… y ante ti, un bombón gigante que se ha tragado a una dependienta que te ofrece bombones… A lo lejos ves un puesto de fruta… sí, comida sana mejor, te dices, y empieza a derretirse por el plátano la founde de chocolate negro… y te derrites tú, qué rico… ¿Cómo resistirse?

Y crees que venden otras cosas, otros productos gastronómicos, porque de pronto en mitad de Corso Vannucci (la calle que atraviesa el centro de Perugia) ves un puesto de embutidos. Es entonces cuando descubres… ¡que son salchichones de chocolate! El chocolate adquiere las más inimaginables formas, desde los clásicos cigarrillos a las figuras navideñas.

Mamma mia! Intentas escabullirte de la aglutinación de gente: imposible, ya estás dentro, has subido hasta la cima de Perugia en unas escaleras mecánicas abarrotadas y ahora el centro de la ciudad desprende un irresistible aroma a cacao... Puedes tomarte un chocolate caliente o un helado, un crêpe con nutella o un biscocho, una tableta entera de chocolate con almendras, dulces, bombones…

El hombre del hacha

Las superamigas, mi coinquilina y yo nos apretujamos entre la muchedumbre que corea “Signorina!!”… Un hombre va rompiendo a hachazos una escultura gigante de chocolate, la signorina en cuestión va atrapando cachos de chocolate, metiéndolos en una bolsa y repartiéndolos entre la gente. Tras más de media hora de apretujones nos hacemos cada una con una bolsa, chocolate negro y duro que nos iremos comiendo a bocados a lo largo de todo el día.


Gubbio

Y chocolate en mano, de momento, huimos de Perugia por unas horas… Se celebra en Gubbio, un pueblo cercano, el Altrocioccolato, el festival alternativo… A la aventura nos vamos… y resulta ser un festival donde venden de todo menos chocolate… o esa es la idea, que no necesariamente la realidad.

El pueblo está en la montaña y subimos a la basílica de Sant’ Ubaldo en el Funivia “Colle Eletto”, un armatoste mecánico con forma de “jaula”, un teleférico con unas vistas que hacen merecer la pena la subida. Luego, de vuelta a la plaza principal del pueblo, los puestecillos se alternan con actuaciones al aire libre de las que disfrutamos –¡¡oh, nooo!!– comiéndonos otro crêpe…

Cansadas y felices –es lo que tiene el chocolate– volvemos a Perugia por la noche, y antes de ir a casa aún nos da tiempo a enviar un mensaje de amor. Los “Baci” (besos) son los bombones típicos de Perugia, fabricados en la Fábrica de Chocolate de la ciudad; el bombón está envuelto en un papel en el que aparecen escritas las citas de amor de los más populares escritores. Durante este Festival, los viajeros pueden escribir su cita, “Dilo con un bacio (beso)”, te animan los organizadores… y si tu frase de amor resulta elegida, aparecerá en los próximos “Baci” a la venta.

Hasta el 26 de octubre, el rico aroma nos seguirá despertando cada mañana… Ummmm… ¿cómo no rendirse ante la dulce tentación del chocolate?

Cartas de una Erasmus - Entrega 02

Mi coinquilina y yo llegamos al Ostello per la Giuventú de Perugia y… (En España: cola de la Oficina de Relaciones Internacionales de mi Universidad. Conozco a una chica alocada, despistada y dulce. Se va también a Perugia de Erasmus. Congeniamos y decidimos al instante irnos juntas. Seremos compañeras de piso, o lo que es lo mismo, será, además de mi inseparable, mi coinquilina).

Mi coinquilina y yo llegamos al Ostello per la Giuventú de Perugia (el albergue). Compramos el Cerco e trovo, (Busco y encuentro), el periódico donde los italianos, además de vender sofás o dar clases de cocina, publican los anuncios de pisos.

El vocabulario básico es:
Cerco affitto, que viene a ser: busco piso de alquiler.
Camera singola o doppia: Habitación individual o doble. Individual… per favore….
Condominio: Comunidad. (Mejor que no haya)
Riscaldamento: Calefacción (Mejor que sí haya)
Quanto costa?: ¿Cuánto cuesta?
Posso vederla?: ¿Puedo verla?
Qual´e l´indirizzo?: ¿Cuál es la dirección?

Primera jornada

Un futuro casero nos recoge en coche en el Arco Etrusco. El primer piso: demasiado lejos. Descartado. En el segundo piso nos dan plantón. Mientras esperamos nos encontramos a dos compañeras de Madrid, también estudiantes Erasmus: “Nosotras, que llegamos hace cuatro días, llevamos acumulados cuatro plantones”, nos dicen. Qué ánimos, piensa mi coinquilina y las bautiza las superamigas. Lo que aún no sabe es que las cuatro nos haremos inseparables…

El tercer piso impresiona: una planta para cada dormitorio, y otra para la cocina, millones de colchones… Un piso antiguo y enorme… pero hiela. Salón no tiene. Pronto nos daremos cuenta que en Perugia los salones son una estancia inexistente.

Retorno desolador al albergue. Allí conocemos a las leonesas, dos estudiantes de ingeniería de minas de León. “Nosotras llevamos una semana buscando”, nos consuelan. ¿Consuelo? Desolación…

Segunda jornada

Dos horas buscando un piso en el que estábamos citadas. Desesperadas, preguntamos a una chica italiana que pasea con su perro. La chica, su amiga y el perro terminaron viendo el piso con nosotras, y convirtiéndose, de este modo, en nuestras primeras amigas italianas. Las italianas nos harían los más ricos platos de pasta, pero, como dicen los italianos, piano piano, lo primero, encontrar casa.

En Elce, el barrio de los universitarios, un casero al que le recordamos a su hija, Erasmus en Alemania, nos enseña un piso tentador. Paseamos reflexionando cuando nos volvemos a encontrar (Perugia es bien pequeña) a las superamigas: “¡tenemos casa! –nos dicen eufóricas– un piso un poco caro pero enorme. Descartamos otro, más pequeño y barato, completamente reformado… si lo queréis ver…”.

Emoción

Atravesamos la Vía Pinturicchio, (afamado pintor), nos metemos en Via Idalia y vemos el piso. Mi coinquilina y yo nos miramos, el mismo pensamiento nos pasa por la cabeza: “¡Es éste! ¡Es éste! ¡Nos lo quedamos!”. Nos sumergimos en un emotivo abrazo, somos felices. Lo hemos logrado, y en un tiempo record: Abbiamo trovato affitto!! …y nos vamos a celebrarlo…(con mojitos).

Cartas de una Erasmus - Entrega 01

LA PARTIDA

Perugia (Italia). Principios de octubre. Frío. Una ciudad de montaña entre Roma y Florencia, ojos muy abiertos, la dosis perfecta de ansiedad… y comienzo a escribir. Soy, con envidia de muchos, una estudiante Erasmus, todos dicen que será una experiencia única y maravillosa.

¿Burocracia o burrocracia?

Pero empecemos por el principio. Bueno, por el principio no, saltémonos dudas, burocracia y burocracia y burocracia…y situémonos en septiembre: una estudiante de periodismo, yo, se dispone a meter en una maleta los 20 kg de ropa (y objetos varios) permitidos por la compañía de vuelo de bajo coste. A la gente que marcha a mi alrededor le atosigan los nervios y las ganas, yo ando acelerada y dubitativa, y en ese punto de partida me dispongo a llenar la maleta. Parece fácil… pero no lo es.

La estudiante abre el armario y sobre la cama va desperdigando diversos “por si…”. Dos horas después, la habitación es un revoltijo de ropa, papeles, ilusiones y cosas diversas: mi gato disfruta. ¿Qué abrigo me llevo? Que quite el frío, que sirva para la lluvia, que me combine… Camisetas, rebecas, chaquetas… decisión, qué vida más cruel. ¿Me hará falta el bikini? Yo llevo tres, me contestan. Pero si en Perugia no hay playa… ¿Y cuántos pantalones? Los de pana abrigan y pesan, los vaqueros no abrigan… ¿pero cómo no llevar vaqueros? ¿Omito faldas?

Planificación

Duda existencial… ¿te has parado alguna vez a pensar qué tipo de sábanas pesa más? Las de franela, las de verano, las de Pirineo… Me hago con el peso de la cocina: la pieza ronda los 400 gramos. Curioso. ¿Toalla o albornoz? Ropa interior… y zapatos… uff, la gran tragedia. Unas botas ¿las de las acampadas o las de lluvia? Unas deportivas. Me veo en el aeropuerto con las botas altas, porque si no ¿dónde las meto?

Aquí no acaba… ¿medicinas? Sí, botiquín de urgencia. (Una madre enfermera deja huella). La máquina de depilar: innegociable, pese a quien le pese. Cámara de fotos, el ordenador portátil…alguna foto… ¿Y el saco de dormir? ¡Ahhh!

¿Libros? No, no… tengo que sumergirme en la literatura italiana… pero… ¿Uno? Venga… Finalmente, un trato a medias, en español sobre Italia: Paseos por Roma de Stendhal, y Venecia de Jan Morris. Además de un diccionario italiano-español y mi Grammatica italiana di base. Y un atlas básico de inglés, que siempre será útil… Y un moleskine… Notas diversas, suspiros. Llega el momento, el duro momento: pesar la maleta. ¿20 kg? Mínimo pesa 30. Pido auxilio…

¡Ayuda!

Y me socorren, con mano dura… Seis jerseis… no, no… tres… ¿¿por qué?? Porque… porque sí. ¿Dos pijamas y dos pantalones de deporte? De eso nada, un pijama, y un pantalón de chándal, y combinas. ¡¿Pero si de estas dos rebecas sólo cambia el color?! No, no… ¡Ay!

¡Ay, digo yo! Parece fácil, ¡qué difícil de explicar!… Un par de párrafos equivalen a una semana de meter y sacar cosas de la maleta, ¡ay!, repito. Finales de septiembre, aeropuerto de Barajas, Madrid. Nervios: Tilas. Despedidas. A presto, cara!! Y Perugia espera… La vida Erasmus acaba de comenzar. La primera impresión, la primera panorámica aguarda cerca.

La bella Italia, la dolce vita…

domingo, 26 de octubre de 2008

La eternidad


Nada es eterno.

Jamás lo es la vida.

No son eternos los sueños ni las certezas.

No son eternos los miedos ni las dudas.

El mar no es eterno, ni la luz, ni el deseo.

La incorrección se corrige.

El olvido se hace un hueco.

La incomprensión no se transmite.

La ayuda no existe.

La empatía es un invento.

El dulzor no es más que amargura camuflada.

La familia, los padres, los hijos, los hermanos no existen, no te conocen, no te respiran.

Los amigos parecían espejos pero son espejismos.

El viento no es otra cosa que un soplido que apaga velas y tira casas de paja.

Los días del calendario son un invento de los romanos para darle utilidad a la X que utilizan para tachar las horas que se suman y se pierden.

Comenzar no es más que volver a repetir los mismos errores.

Gritar no se diferencia a estar en silencio.

Las estrellas son puntos de luz que se apagan con el sol.

El agua igual quita la sed que ahoga las esperanzas.

Aprender no es más que poner parches a la ignorancia.

Escribir no es otra cosa que unir letras que nunca tendrán sentido y nunca expresarán un significado eterno.

La eternidad no existe.

Ni tú ni yo somos eternos.

El olor desaparece.

El dolor y la alegría no se entienden sino van de la mano.

Seducir no es otra cosa que engañar a quien se sabe engañado.

Ni siquiera, ni siquiera Roma es eterna.

lunes, 20 de octubre de 2008

miércoles, 15 de octubre de 2008

Forse

Forse (quizá) porque Roma al revés se escribe Amor.

Porque parece todo igual y todo, necesariamente, ha cambiado.

La luna se lamenta por perder su sitio en el cielo y el sol le pone la zancadilla a una estrella en un furtivo encuentro.

Quizá… Si las palabras las llenásemos de contenidos en lugar de llenarlas de silencio.

lunes, 6 de octubre de 2008

Croquetas de salmón en doce pasos

1 Parece fácil.
Aceite, harina, leche, sal y salmón. Huevo, pan rallado.
La receta a la vista y el recuerdo muy presente.
El delantal y cariño...
2 Se corta el salmón.
Elemental...
3 Esto va mal.
La harina empieza a quemarse, ¿la leche la echo ya o espero?, y grumos y grumos y grumos... si le tiro esta masa a alguien en la cabeza le hago un chichón.
¡¡Profeeeeee!!
4 Pido refuerzos.
¿Qué hago? Vienen a ayudarme... cocina creativa, ni por esas....
5 Lo irremediable.
Se intenta, se intenta... Los grumos son ya lo de menos. Pruebo la masa... sabe exactamente igual que si me meto en la boca una cucharada de harina... Qué "schifo" que dicen los italianos (asco).
No hay remedio, la basura es su único destino. Resignación.

6 Nuevo intento.
Recupero una cita: "Un fracaso no es una deshonra y muchas veces puede ser más instructivo que un éxito". Richard Olney
¿Rendirme? Nooooo. Tengo al lado a las "refuerzos", toda la tarde aún por delante y ganas...
...y más leche, más harina...
7 Alá. La masa...
Esto ya tiene otro color, otra textura y otro sabor... Se la añade el salmón y... Bualá!! :D

8 Trabajo en cadena.
Un par de horas después... La masa ya enfriada... Croqueteando, huevo, pan rallado, huevo, pan rallado.... ¿Ford fue el del trabajo en cadena? Qué gran idea!!
9 Freirlas.
Algo falla. Echo en el aceite caliente una croqueta y ésta se sale de su "envoltura" y se frie la harina por un lado mientras la masa se esparce por la sartén... ¿Cual es el problema? ¿Qué ha pasado, profeeeee?
10 La primera croqueta.
Finalmente las frío. No ganan en pinta, cierto. Pero... mira, mira... la primera croqueta.
11 Ummm.
Seguida de muchas más....
12 Rica, rica...
El resultado fue un aprobado. Ricas estaban pero... qué diferencia!!! Tanto qué aprender.... (Entrada dedicada a mi profe de croquetas.... ;D)